I Inexplicables circunstancias han hecho que los estudios sobre leyes, a través del tiempo, siempre sean un capítulo restringido, no sólo por la parquedad de sus ediciones, sino por la pobreza de sus tirajes. |
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Tal pareciera que conocer los antecedentes de la ley solo está reservado a los expertos en la materia (abogados), o a los individuos que las aplican (los servidores públicos), quedando para un reducidísimo grupo de ciudadanos el interés por adentrarse sobre normas que nos rigen, con la advertencia de que aun ellos están sujetos a la escasez crónica, incluso de ejemplares que contengan los textos legales.
Cuando esporádicamente se editan estudios, leyes, por lo general ya tienen éstas algún retraso por las inevadibles y periódicas modi?caciones que sufre el Derecho, con la circunstancia de que dichas ediciones ordinariamente carecen de comentarios o introducciones que orienten al lector.
Hacemos las anteriores re?exiones ahora que el H. Colegio de Notarios de Jalisco por medio de su revista, ha emprendido la tarea de dar a conocer aspectos sobre nuestras leyes, resaltando desde luego las de carácter primario, o sea, con las Constituciones políticas, tanto la federal como la del estado. En este trabajo abordamos lo referente a nuestra Carta Suprema Estatal.
Esto resulta más que oportuno, porque nos encontramos precisamente, en un momento crucial para el destino de nuestra Patria, instante al que hemos sido convocados para cerrar ?las a ?n de enfrentar con posibilidades de éxito la aguda problemática que se abate sobre el país, y dentro de tal situación, los jaliscienses tenemos un compromiso al que sabremos responder con responsabilidad.
Ha sido anhelo inquebrantable de los guías de la Nación y del Estado, la aspiración popular de renovarse integralmente; y si nos hemos ?jado todos tal meta, nada mejor que comenzarla conociendo los antecedentes de nuestra particular Ley Suprema, ese documento tan genuino que por naturaleza propia signi?ca la más elocuente síntesis de la esencia de Jalisco.
II
Nuestro estado siempre se ha distinguido por su trayectoria constitucionalista. Sus aportaciones a la consolidación republicana y al surgimiento del federalismo, pilares de la mexicanidad, marchan a la par, trátese de hombres, de ideas o de recursos.
En cada gran movimiento social, los jaliscienses han esgrimido los más avanzados principios, contribuido con sus mejores hombres y nunca hanescatimado sus recursos; por ello, a sus destacados parlamentarios, visionarios, juristas y esforzados próceres, se les reconoce como eminentes mexicanos y reciben diariamente nuestra profunda veneración.
Es, pues, una gran verdad la a?rmación de que en el surgimiento de nuestra nacionalidad, las raíces de Jalisco se enclavan en lo más profundo de México.
Mencionemos que a la primera generación de prohombres jaliscienses que encarnaron el más puro federalismo (José de Jesús Huerta Leal, Ramón Ignacio Prisciliano Sánchez Padilla, Francisco Severo Maldonado y José Mariano Fausto Andrés Otero Mestas), les prosiguen guías de la talla de Pedro Ogazón e Ignacio Luis Vallarta Ogazón, culminando el señero “Padre de la Reforma”, don Valentín Gómez Farías. Todos ellos trascendieron en la nación entera.
Así, el estado de Jalisco se proyectó nacionalmente en las Constituciones de 1824 y 1857, a la vez que para su régimen interior forjaba las correspondientes leyes supremas. La de 1824 es un verdadero monumento a las aspiraciones populares, mientras que la de 1857, una lección permanente de derecho patrio. En los dos casos, los artí?ces cumplieron a plenitud su encomienda y merecen la gratitud de sus coterráneos: Ramón Ignacio Prisciliano Sánchez Padilla, Juan Nepomuceno Cumplido, Urbano Sanromán y Gómez y Pedro Vélez en 1824; Jesús López Portillo, Anastasio Cañedo y Emeterio Robles Gil en 1857.
Las constantes y sustanciales modi?caciones que se hicieron a la Carta Magna Estatal en 1857 propiciaron que en 1906 prácticamente fuera otra Constitución; pero al no coincidir los ajustes normativos con las necesidades sociales, se preparó el campo para que triunfara en la siguiente década el movimiento reivindicador de la revolución mexicana.
En este nuevo llamado nacional, Jalisco volvió a destacar no sólo en el frente de batalla con varones íntegros como Manuel M. Diéguez, sino en el ramo de las ideas y la elaboración de leyes con sobresalientes hombres como Luis Manuel Rojas, presidente del Congreso Constituyente de Querétaro y arquitecto del mensaje y proyecto de Constitución del primer Jefe Constitucionalista, don Venustiano Carranza.
El fruto es tangible para todos los mexicanos, pues se concretiza en la extraordinaria Carta Magna de Querétaro, promulgada el 5 de febrero de 1917.
III
Triunfante la revolución mexicana y restaurado el orden legal en la república, se hizo necesario encauzar a los estados federados dentro del más puro sistema constitucional, como lógica consecuencia de la implantación de la Constitución de 1917.
El 22 de marzo del mencionado año, el Gobierno general emitió un decreto por el que en cumplimiento del Plan de Guadalupe del 26 de marzo de 1913, reformado en Veracruz el 12 de diciembre de 1914, se facultaba al primer Jefe del Ejército Constitucionalista a nombrar gobernadores provisionales de las entidades, a efecto de que en cuanto tomasen su encargo los funcionarios federales electos, convocasen a elecciones locales al pueblo de sus estados.
Las elecciones federales se veri?caron el 15 de marzo, y, como había sido propuesto candidato a gobernador del estado el general Manuel M. Diéguez, encargado del Gobierno provisional, dejó el poder en manos del licenciado Tomás López Linares, quien entonces, con apoyo en el aludido decreto del 22 de marzo, suscribió el de fecha 6 de abril de 1917, que convocaba a los jaliscienses a comicios generales. Se determinó asimismo que la Legislatura XXV, además de constitucional, funcionaría también como “Constituyente”, requisito indispensable para elaborar una Constitución particular de Jalisco.
Los diputados fueron dieciséis y su integración registró múltiples vicisitudes, desde las de tipo político hasta las de carácter curioso. La división distrital de Jalisco se encontraba en la forma siguiente:
Por lo que ve a los hombres, aunque destacados, generalmente son poco conocidos y algunos prácticamente han pasado al olvido, aprovecho esta ocasión para rescatarlos y pedir que ya no se ausenten de nuestras memorias, pues merecen ser recordados en toda su valía.
A continuación menciono en el orden de los dieciséis distritos que representaron, a los Constituyentes estatales que forjaron nuestra Constitución particular, procurando en forma breve dar semblanzas sobre su personalidad y las peculiaridades de su elección, además de citar a los aspirantes que no pudieron llegar a la Cámara.
1. Manuel Bouquet Jr. Abogado liberal, nativo de Michoacán, suplente del diputado Constituyente Gaspar Bolaños, brazo fuerte del general Diéguez y después llegó a ser Gobernador interino. Su suplente lo fue Narciso D. Aceves y derrotaron a Tito Araico y Ramón Castellanos, de tradición y respeto en la clase acomodada de Jalisco.
2. Jorge Villaseñor Ingeniero, de experiencia política y legislativa, que había representado a La Barca en el Congreso de Querétaro y partidario de la apertura. Su suplente lo fue Joaquín Guzmán y entre ambos derrotaron a Fidel Sánchez y Luciano Mendiola.
3. J. Guadalupe Ruvalcaba. Abogado liberal, se desempeñó varias veces en cargos de importancia.
Fue Procurador y gran impulsor del desarrollo regional. El suplente fue Agustín Farías. Las candidaturas vencidas, de Teodomiro Araiza y Pedro Flores Grajeda, así como la de Luis R. Castillo, gran líder obrero, y Narciso D. Aceves, suplente del licenciado Bouquet.
4. Victor L. Velarde. El segundo candidato, pero por haber renunciado públicamente el triunfador, Eduardo Almeida. Se le declaró diputado electo, llevando como suplente al sayulense Ignacio S. Vizcaíno, quien asistió a algunas sesiones en lugar de Velarde.
5. Carlos Galindo, quien derrotó a gente de rancia prosapia, como el licenciado Mauro Velasco, político de Ciudad Guzmán, y al profesor Carlos B. Murguía. Su suplente fue Crescencio Castillo.
6. En este distrito contendieron personajes de importancia, entre ellos Bruno Moreno, exdiputado Constituyente por Encarnación y Daniel Torres Luna, acomodado individuo que resultó el candidato con más votos, con cuyo carácter asistió a las primeras sesiones. En alejado lugar había quedado Ramón Delgado, político revolucionario, que al cabo fue declarado diputado triunfante, llevando como suplente al Señor Amado Alcaraz. Posteriormente, Delgado volvió a ser diputado varias veces.
7. Un jalisciense de popularidad entre las clases medias lo fue Miguel Magaña, quien se impuso al distinguido maestro Vicente Negrete, que incursionaba en la política, así como al destacado líder campesino Juan Bravo y Juárez. Como suplente llevaría al dinámico ingeniero José W. Torres, quien llegaba a tal cargo por haber sido inhabilitado Rosalío Ramírez, secretario del Juzgado de Chapala y otros 3 candidatos, a quienes se les anularon los votos.
Este valioso técnico fue el que representó ?nalmente al distrito, pues Miguel Magaña renunció y entonces se llamó de?nitivamente al imgeniero Torres, quien despues también incursiono con éxito como periodista.
8. Aquí hubo otro caso singular, pues la contienda electoral fue sin cuartel y en ella participaron el licenciado José Gutiérrez Hermosillo, culto y conservador; la fórmula Tito Araico Ramón Castellanos, derrotados en el primer Distrito, y el suplente del Constituyente Federal por Lagos, Francisco Martín del Campo, que se llamaba Manuel, con iguales apellidos. La pugna llegó hasta el Colegio Electoral, donde se les anularon los votos a los mencionados en primer término, quedando triunfantes con sólo 32 votos, Manuel Martín del Campo y su suplente Ignacio Torres Lomelí, quienes, no obstante, no asistieron prácticamente al Congreso.
9. Otro caso notable por sus peripecias, Emilio Pérez Vargas, quien fue declarado y publicado como triunfador, médico arandense, y suplente del doctor Marcelino Álvarez. Cuando los diputados integrantes de la Comisión Revisora de Credenciales discutieron el caso, al hacer la cali?cación respectiva les suprimieron votos y los aumentaron a los señores Tomás Morán y al alteño Miguel Padilla Aldrete, quienes, contando con el apoyo de la mayoría, obtuvieron el triunfo.
10. En este distrito con cabecera en La Barca contendieron el licenciado Jesús Camarena, de tradición familiar, el doctor Marcelino Alvarez, muy conocido en la región y Leonardo Iñiguez de la Torre. Sin impugnaciones triunfó el abogado Camarena y llevó como suplente al también abogado Rafael Sedano, quien venció a Eduardo Rodríguez y a Carlos Negrete.
11. Colotlán tuvo como representante a un capaz y combativo jalisciense, el licenciado e ingeniero don Ambrosio Ulloa, fundador de la Escuela Libre de Ingenieros, ex-Procurador de Justicia, maestro de muchas generaciones y de gran vitalidad. Su suplente fue Juan J. Zulueta. Los candidatos que perdieron la elección fueron Bartolo Ramos Aréchiga y Alfonso Emparán, como propietarios; como suplentes, Lorenzo Llanos Valdez y Bartolo Ramos.
12. Otro caso peculiar fue este distrito de Mascota, pues inicialmente se dio como triunfador a N. Nungaray, a quien enseguida se inhabilitó por desempeñarse como Secretario del juzgado de Distrito. De ahí que los candidatos que tuvieron votación minoritaria fueran los triunfadores ?nales, el doctor tapatío, quien por cierto tenía varios asuntos en Mascota, y luego fue alcalde de Las Peñas, promoviendo que se llamara Puerto Vallarta, Marcos Guzmán y, como suplente, don Carlos Peña, y quedaron todavía como aspirantes otros personajes.
13. Alberto Macías, brillante periodista, Diputado suplente al Congreso de Querétaro por Tepatitlán, masón, liberal, destacado y experto, derrotó a Rafael Estrada y J. Cruz Guerra. Su suplente fue el Ingeniero Fausto Ulloa, quien a la postre asistió a las sesiones en lugar de Alberto Macías.
14. Sin mayores problemas, el notable maestro Julián Villaseñor Mejía y Ricardo Robles Gallerán se impusieron al también eminente maestro Salvador M. Lima y a Galdino Flores.
15. Un viejo burócrata, don Pedro Alarcón, que había servido a don José López Portillo y Rojas, y luego fue perseguido por el huertismo, fue el triunfador por Ameca, donde era muy conocido. La oposición que tuvo fue muy recia y se impugnó su elección por sus contrincantes: el ingeniero Alberto Medina, don Salvador García Ortiz y don Francisco Galindo. Sin embargo, contaba él con el apoyo del general Diéguez y salió avante con su suplente, el notable jurista Francisco H. Amescua. También recibieron votos los líderes agraristas Merced Sedano, Crescencio Tello y el licenciado Rafael Sedano.
16. General y licenciado Sebastián Allende, Constituyente de Querétaro y exjefe del estado Mayor del general Diéguez. Triunfó sobre otros candidatos muy capaces: el abogado Ezequiel Gutiérrez Béjar y, entre los suplentes, el maderista Fernando González Madrid y el doctor Jesús Medina. El suplente fue Félix M. Maldonado. Allende, después volvió a la Cámara Federal y enseguida llegó a la gubernatura de Jalisco.
Estos fueron los hombres; ahora pasemos brevemente a su labor y sus resultados, advirtiendo, desde luego, que se deberían escribir libros completos sobre el tema, pero ahora nos limitamos a dar estos esbozos, como simple atisbo de una necesaria labor que ojalá se realice muy pronto para conocer cabalmente nuestra más reciente gesta constitucional.
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